sábado, 16 de junio de 2012

César Giraldo y algo de jazz

A los pocos días de mi llegada a Sao Paulo conocí a mi gran amigo César Giraldo. Interesante personaje este, César había nacido en Medellín aun en la época de los arrieros y viajó muy joven para Nueva York, en donde trabajó como funcionario de la ONU durante 13 años. Fue reclutado por el ejército norteamericano para pelear en la guerra de Corea, pero se la pasó cantando arias de óperas famosas para los soldados gringos y escribiendo cartas de amor encomendadas por sus colegas de combate (todo esto sin disparar un solo tiro). 

César se declaraba abiertamente anarquista, y murió en su ley en las calles de Sao Paulo, en pésimas condiciones económicas. Detrás de esta especie de rebelde sin causa se escondía una persona sensible, conocedor y amante de la música erudita y popular. Dominaba varias lenguas y fue mi profesor de inglés, al que hice sufrir bastante por mi gran dificultad para aprender idiomas. Sobre el jazz me decía: "Es la música americana por excelencia, es lo único importante que ellos han creado en el área musical". Yo le llegué a insinuar que también habían creado el rock con Elvis Presley, pero a César no le gustaba el rock y no me daba atención.

César Giraldo estaba más en la línea del conocido historiador del jazz Eric J. Hobsbawm que decía que el grande drama de este género musical era que cuando estaba listo para ser adoptado por los jóvenes de los años 50 apareció el rock, y por este motivo no consiguió dejar de ser una música de guetos y de minorías. Sobre el rock César decía (en la misma linea que Hobsbawm) que sus músicos eran un bando de analfabetos musicales, cuya única contribución era haber solidificado la importancia del conjunto musical sobre las habilidades individuales de los músicos. En este sentido yo le decía que lo mismo había ocurrido en la orquesta clásica occidental, pero tampoco me prestaba atención. Intentó hacerme apreciar algunos compositores occidentales como Schumann y Brahms, para esto ayudándose con los relatos de historias intimas y aventuras sexuales de estos dos compositores, tipo de cosas que le fascinaban a César. Siempre me decía: “Brahms es el coñac de la música erudita”. De mi parte debo confesar que nunca conseguí apreciar los citados músicos, tal vez por falta de entrenamiento musical o por mi parca proximidad con las más nobles bebidas destiladas.

Sobre el jazz  voy a compartir  aquí una composición del género, sólo que compuesta por un músico francés (Claude Bolling) e interpretada por el mismo y un grande flautista, también francés (Jean Pierre Rampal). La composición se llama Suite para Flauta y Trío de Jazz y la descubrí durante mi estadía en Cali, junto con otro amigo y colega de trabajo (Henry Meneses), cuando reparábamos placas de circuito impreso para los computadores de la empresa Carvajal y Cia. Aun recuerdo el olor a soldadura que se desprendía de los cautines a alta temperatura, cuyas puntas colocábamos sobre las patas de los circuitos integrados para soldarlos, escuchando simultáneamente la música que se desprendía de la emisora de la Fundación Carvajal, durante las áridas tardes de trabajo. Cuando escuchamos por la primera vez el tema inicial de la suite paramos nuestras labores y nos quedamos en silencio para apreciarlo con toda la atención que se merecía, parecía que habíamos descubierto el paraíso terrenal. Después de varios años de persistentes búsquedas encontré un disco de la obra (ahora está parcialmente en el YouTube). 

Esta grabación fue hecha en los años 90. La primera parte es bien conocida: (Barroque & Blues): 



Creo que este tema les va a encantar también, es esta interpretación de la Pantera Rosa en manos del brillante pianista que también es Claude Bolling: http://www.youtube.com/watch?v=Pr8AqtfAI9c&feature=related